El hambre sorprende todas las tardes a la pequeña domadora de sueños. Después del bocata que le preparo siempre llega otro hecho por sus pequeñas manos. Voy a hacerme un bocata papá. Al momento sube con él sobre un plato. ¿Qué te has preparado? Sonríe y me enseña lo que hay entre los dos pedazos de pan. Una montaña de queso rallado.
Tiembla Adriá.
Tiembla Adriá.
Hola guapo seguí tu consejo y abri de nuevo un blog, ya sabes quien soy pq te mande un mensaje al movil.. a partir de ahora seré simplemente yo. besos y me alegra haber regresado.
Desde luego originalidad no se falta a la niña. Mejor. Para ir por el mundo hace falta tener imaginación y valor para llevar adelante los sueños, los pequeños y los grandes. Saludos cordiales y felicidades a la pequeña cocinera.
Jajaja... Esa diablilla jamás dejara de sorprenderme... Y si, que tiemble, que tiemble, que ellos son el futuro.
Besos